Deja que el universo te dé lo que necesitas, no lo que quieres.
Cuando formamos una atracción a partir de nuestro verdadero núcleo, el Universo está trabajando a nuestro favor para que esto suceda, y eso es una prueba de esa Ley de Atracción.
Por otra parte, la forma en que usamos esa ley puede ser falsa. Si el núcleo del que proviene nuestro deseo no es nuestro corazón, sino nuestro ego. El Universo no es un hada mágica que cumple todos nuestros deseos. Eso simplemente no es la forma en que funciona.
Pongámoslode esta manera, haciendo listas de deseos cuando éramos jóvenes, con todo tipo de juguetes, otros objetos o lugares para ir, tal vez incluso personas con las que estar, etc., todo tipo de cosas que realmente no necesitábamos. , no es más que un mal uso de esta idea de querer-conseguir. Esta no es la Ley de Atracción.
La idea de querer-obtener es cómo nos perdemos en perpetuo estado de infelicidad con lo que tenemos, lo que somos, o cómo vivimos en el AHORA. Constantemente buscando algo nuevo, más grande o mejor.
Es más sensato acercarse a lo Divino de otra manera, donde dejes que elijas por ti, no pidiendo deseos o exigiendo todo el tiempo. Deja que el Universo te guíe y te muestre el camino.
Dejar ir nuestro ego, y rendirnos al Universo, nuestro destino único ciertamente será revelado a cada uno de nosotros, y todo lo que tenemos que hacer es simplemente escucharlo. Ve en esa dirección. Ir con el flujo.
El propósito, nuestro destino, es solo una forma de escuchar a nuestro verdadero Yo y seguir a dónde nos lleva el Universo.
Pensar que sabemos mejor ahora que todos somos adultos, en lugar de cuando éramos jóvenes, hacer cumpleaños o listas de deseos de Santa, está mal. Ahora se trata de dinero, estatus social, automóviles, vacaciones … no se cambia mucho desde los deseos de nuestra infancia. Sólo la forma, pero no el contexto.
La mera satisfacción del nuevo auto es solo por poco tiempo … hasta el próximo año hay un nuevo modelo, más rápido, con asientos de cuero y nuevos comandos de tablero. Ahora pedimos un nuevo socio, ya que al anterior le faltó la voluntad de hacer nuestra oferta, y ahora, cuando llega uno nuevo, no pasa mucho tiempo cuando intentamos cambiarlos. Dinero. Ni siquiera me hagas hablar de la codicia desnuda por dinero.
Lo que parece ser el caso, al menos en mi opinión, es que pedir constantemente lo que pensamos que deberíamos tener, simplemente no nos hace verdaderamente felices.
¿Por qué no dejar de preguntar? En su lugar, comienza a prestar atención a lo que el Universo nos está mostrando, hacia dónde nos está llevando.
Permítase ser guiado, no importa donde sea que esté. Nuestro destino es atraído por lo que realmente somos.
Fuente: soyespiritual.com
